Resurrección de los Muertos – El Misterio de la Resurrección
Cuando se habla de la resurrección de los muertos, Lisa Miller, redactora de religión de Newsweek, no "cree" en la resurrección de Jesús, ni de nadie más, si vamos al caso.
En un artículo reciente para la revista, Miller, una escéptica auto-proclamada, relata su visita a un erudito judío (que cree en la resurrección de los muertos) para preguntarle cómo Dios lo hace. Es la misma pregunta que Michael Shermer, jefe de redacción de la revista Skeptic, le hizo a un médico cristiano en el 2004, en un especial de televisión.
La pregunta presupone que, para que la resurrección del cuerpo sea creíble, debe ser explicable en función de procesos físicos conocidos que sean médicamente posibles. Aún así, si lo fuera, no sería más que una ingeniosa manipulación de la naturaleza por alguien que ha adquirido la habilidad. De cualquier manera, el naturalismo gana, confirmando las suposiciones del escéptico.
Así que no sorprende que cuando el erudito objetó que la resurrección de los muertos es un acto sobrenatural de Dios, la incredulidad de Miller permaneció inalterada.
Resurrección de los Muertos – "Parece Fantasía"
Investigando la resurrección de los muertos, la Srta. Miller indica que entre el 2003 y el 2007 la creencia en la resurrección de Jesús entre los norteamericanos descendió del 80 por ciento al 70 por ciento. Agrega, con una clara nota de aprobación: "Gracias al crecimiento de las religiones orientales aquí, la reencarnación—la creencia de que después de la muerte el alma regresa a la tierra en otro cuerpo—está ganando adeptos." (Sin embargo, según los datos que ella cita, la creencia en la reencarnación realmente descendió del 27 al 21 por ciento en ese mismo período).
Si la Srta. Miller está tan agradecida por la reencarnación como sugeriría su declaración, uno se pregunta por qué la capacidad de una fuerza del karma no inteligente para metamorfosear a un ser de humano a escarabajo, a búfalo o a una rosa, es más creíble que la capacidad de un Ser sobre-inteligente para resucitar a un cadáver descompuesto, o a cenizas incineradas, a un cuerpo reconstruido. El profesor de religión, Stephen Prothero, dice: "Parece fantástico e irracional el hecho de que tendremos un cuerpo en el cielo."
Pero ¿es más fantástico aún que nuestro presente cuerpo, ya sea que provenga de la evolución materialista, de la reencarnación espiritualista, o de la creación teísta? Realmente no. De todas formas, Miller indica que incluso entre los cristianos, la creencia en una resurrección corporal le está cediendo el paso a la creencia en una resurrección simbólica—un "creciente" representante del despertar espiritual, renacimiento, o renovación, ya sea personal o corporativo. Es una creencia que va en contra de las Escrituras y de las primitivas enseñanzas de la Iglesia.
Resurrección de los Muertos -- Tradición Bíblica
Aunque la resurrección de los muertos no juega un papel prominente en el Antiguo Testamento, está claramente allí. Por ejemplo:
Resurrección de los Muertos -- Algo Totalmente Diferente
La resurrección de los muertos es la reconstitución y reanimación de los restos que se han descompuesto más allá de todo reconocimiento, y a veces extensamente dispersos por la ecosfera. Como Taciano, el apologeta cristiano del segundo siglo escribió: "Aunque el fuego haga desaparecer mi carne… quedo depositado en los depósitos del que es un rico Señor." Pero la idea de rehacer al huevito Humpty Dumpty de nuevo pone a prueba la credibilidad hasta del más ardiente creyente en las posibilidades ilimitadas de la ciencia.
Además, el producto de la resurrección—el "cuerpo resucitado" —es algo ajeno a cualquier cosa experimentada por el hombre. Encontramos una pista en cuanto a "lo ajeno" que es, en el encuentro de Jesús con los saduceos.
Los saduceos eran una secta de racionalistas del primer siglo que negaban lo sobrenatural, incluyendo la resurrección. Esperando avergonzar a Jesús, le hicieron una pregunta hipotética: En la resurrección, ¿quién sería el esposo de una mujer que se había casado y enviudado muchas veces durante su vida? Consciente de su sofistería, Jesús respondió: "¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos."
Aparentemente nuestros cuerpos resucitados no retendrán las funciones sexuales reservadas para el matrimonio que son tan importantes para la procreación humana en la tierra. Recuerdo la sugerencia de un pastor que una vez dijo algo así como que lo completo e íntimo de nuestras relaciones con Dios y con nuestra familia celestial en la nueva creación hará innecesario el matrimonio—el cual es simplemente una "sombra" presente de nuestra futura realidad. Es una sugerencia que hace reflexionar.
Quizás el indicio más importante acerca de nuestros cuerpos resucitados nos lo da el apóstol Juan. En su primera epístola, Juan escribe: "Ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es." Si, como Juan dice: "seremos como Él," lo que las Escrituras dicen acerca del Jesús resucitado debe decirnos algo también acerca de nuestro estado resucitado.
Las Escrituras revelan al Señor resucitado como, principalmente, un ser con cuerpo. El no era un fantasma, como los gnósticos sostenían, ni un espejismo, ni el producto de una alucinación masiva. Aún así, cuando se le aparecía a Sus seguidores, a veces era reconocido, como en el caso de las mujeres que salían de la tumba vacía, pero a menudo no lo era, como en el caso de los discípulos en el camino de Emaús. Incluso Su aparición inicial ante los once fue recibida con dudas, hasta que mostró las heridas de los clavos. Por esto, es razonable asumir que nosotros también seremos cambiados de una manera que mantendrá nuestra identidad, de tal forma que reconoceremos a nuestros seres queridos y ellos nos reconocerán a nosotros.
En Su cuerpo glorificado, Jesús comió —no porque necesitara alimento—y podía ser tocado y abrazado como cualquier persona de carne y hueso. Al mismo tiempo, no estaba limitado por las restricciones de su cuerpo terrenal: Podía desaparecer (o desmaterializarse); podía pasar a través de objetos sólidos, y moverse de un lugar a otro, aparentemente sin esfuerzo e instantáneamente. Si Juan tiene razón, hay una gran posibilidad de que tendremos las mismas habilidades; aunque no queremos llevar esto demasiado lejos.
Resurrección de los Muertos – Un Misterio de Dios
La resurrección de los muertos es uno de los misterios más grandes del cristianismo, y aún así, en su clase, no es muy diferente al misterio de la creación—a través del cual el hombre fue formado del polvo de la tierra, y la tierra, ex nihilo, por mandato de Dios. Por consiguiente, la gente que rechaza la resurrección de los muertos probablemente también encontrará la creación de la vida una píldora difícil de tragar.
Esto sugiere que la verdadera objeción al misterio de la resurrección no es tanto el proceso, sino lo que el proceso implica. Alguien que sea capaz de volver a juntar, rehabilitar, y re-vigorizar nuestros restos, es Alguien que puede afirmar autoridad cósmica sobre nosotros y exigirnos cosas. Y ese es Alguien en el que algunas personas preferirían no pensar, por ahora.
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